Este proyecto surge bajo el interés por generar relaciones mucho más justas a nivel interespecie de las ya existen en la actualidad. En concreto, me interesa el desvinculo que sufre nuestra sociedad hacia los ecosistemas en los vivimos y forman parte de nuestro entorno.

Es así como se inicia mi investigación sobre el entorno que habito, sobre El Altet. Una pedanía del campo de Elche que me sirve como lugar de oportunidad, ya que a finales de los 60 sufre un cambio socioeconómico que provoca que la población que se dedicaba tradicionalmente al cuidado del campo tenga que empezar una nueva era laboral vinculada al sector servicios. Un antes y un después consecuencia de la implantación del Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández sobre los campos de cultivo de la pedanía, un punto de inflexión que nos sirve de ejemplo a pequeña escala del cambio en la dinámica de las poblaciones, del éxodo del campo hacia las ciudades que hoy vivimos. 

Este cambio se evidencia de forma clara en el urbanismo de la población, ya que el entorno rural en el que los límites entre el ecosistema y las construcciones eran difusos se ve modificado por un modelo urbanístico que se cierra en sí mismo y cree tener una independencia respecto a lo que sucede a su alrededor. El cual ha provocado que una generación después, las habitantes ignoremos por completo a las especies con las que convivimos. Un hecho consecuente en el cambio de las dinámicas de convivencia.